Tipos de alfombras y cómo cuidarlas

Las alfombras son sin duda un elemento decorativo imprescindible para nuestros interiores o exteriores. El salón, pasillo o recibidor cambia, por completo, con la presencia de una alfombra. Los vemos más confortables, acogedores y bonitos. Además de ser el perfecto elemento decorativo, las alfombras también sirven para delimitar estancias. Por ejemplo, son perfectas para separar el salón del comedor dentro de una misma habitación, para delimitar un recibidor dentro de un pasillo, el vestidor dentro del dormitorio… las posibilidades son múltiples y el límite solo lo pone tu imaginación. Definir y separar un ambiente de otro es verdaderamente interesante en decoración e interiorismo, ya que así conseguiremos una mayor amplitud y definición de los distintos espacios dentro de una misma estancia.

También consiguen crear emociones y muy buenas vibraciones a los invitados de tu casa. La alfombra apropiada en el lugar idóneo se llevará todas las miradas, y será sin duda el foco de atención.

Tipos de alfombras

Existen miles de tipos y diseños de alfombras: lisas, de estilo clásico, modernas, abstractas, étnicas, etc. Todo el mundo puede encontrar la alfombra ideal para su ambiente, ¡así que no hay excusas para no tener una en casa!

Hay alfombras naturales o sintéticas.

Con respecto a las alfombras naturales podemos decir que aportan una mejoría en las características del aire de la zona de la casa donde se colocan, ya que absorben el exceso de humedad y lo restituyen cuando el ambiente es seco. Consiguen un gran asilamiento y evitan acumulación de cargas electrostáticas. Las alfombras de lana, por ejemplo, son uno de los mejores aislantes térmicos naturales, gracias a sus fibras y su composición, suponen una barrera perfecta para el frío del invierno o el calor del verano que siempre se acumulan en el suelo. Además de ser aislantes térmicos, son también un perfecto aislante acústico, reducen el sonido de las pisadas diarias y, además, absorben el sonido, por lo que impiden que este traspase a la planta inferior y evitamos molestar a quien pueda estar debajo, ya sea en el interior de nuestra casa o un vecino si vivimos en un piso.

En cuanto a las alfombras sintéticas, tienen infinidad de diseños, son prácticas en la limpieza y conservación, resistentes y longevas porque absorben poco la humedad y se limpian fácil, no sueltan pelusa.

Cuando adquirimos una alfombra de fibra natural (100% lana), en los primeros días observaremos que suelta algunas hebras (pelusa/pelusilla) y que a medida que la vamos pisando van desapareciendo. Se trata de un proceso natural debido al corte del hilo o hebra, que hace que las fibras sueltas no se adhieran a la base. Para ello recomendamos, bien pasar una escoba suave en dirección al sentido del pelo, o bien aspirarla en una posición también suave. Estos consejos también nos valdrían para alfombras sintéticas, si bien, en estas, no tendríamos que tratar las primeras pelusas.

Para alargar la vida de la alfombra, es aconsejable, llevarla una vez al año, aproximadamente, a un centro especializado en limpieza y tratamiento de alfombras, con el fin de airearlas y que la lana no se apelmace. Si nos cae algún producto líquido o semilíquido como: Aceite, vino, café, té, comida de bebé, leche, zumo de fruta, etc. lo primero que debemos hacer es evitar que se expanda la mancha, bien con una bayeta, paño de cocina o papel absorbente. Simplemente con agua, sería suficiente para tartar la mancha. No frote, sólo presione sobre la mancha. Repetir el proceso hasta que desaparezca. En caso de que la mancha persista o de manchas complicadas (pintura, esmalte, pegamento, etc.) dejar que la trate un profesional. No merece la pena estropear una buena alfombra usando productos que no conocemos.

Y recuerda: en ConfortSena disponemos de una gran variedad de alfombras de todos los estilos y para todos los gustos. Ven a probarlas y hazte con la tuya! Nuestro equipo experto te asesora en lo que necesites en nuestras tiendas de Granada y Atarfe.